miércoles, 9 de diciembre de 2009

Alfredo Maneiro, ilustre patriota venezolano.




Compañeros, he aquí una pequeña biografía, sobre este ilustre venezolano, que debido a su convicción de lucha y determinación revolucionaria se ha convertido en un inmortal..

Alfredo Maneiro González (1937-1982), fue un político, profesor, sindicalista venezolano. Ejerció como guerrillero comunista en los años 1960.

Nació en Caracas el 30 de enero de 1937. Desciende de los próceres de la independencia venezolana contra el dominio colonial del imperio español: Manuel y José Joaquín Maneiro. Desde muy joven ingresó en la juventud comunista, incorporándose a la lucha contra el régimen militar de Marcos Pérez Jiménez. En 1955 empezó sus estudios superiores de derecho en la Universidad del Zulia, dejándolos inconclusos. Después del derrocamiento del dictador Pérez Jiménez en 1959 regresó a Caracas para continuar con el activismo político, oponiéndose al nuevo presidente Rómulo Betancourt, ex aliado del anterior gobierno. Betancourt prosiguió ejerciendo una política anticomunista, lo que motivó a Maneiro a iniciar la lucha armada, logrando ascender hasta el Comité Central del Partido Comunista de Venezuela (PCV).

Lideró a grupos estudiantiles comunistas en los primeros años de 1960 con el fin de derrocar a Betancourt y sus sucesor en la presidencia Raúl Leoni, estando implicado en actividades subversivas como el asalto al automóvil del embajador de Estados Unidos, en Venezuela Teodoro Moscoso, y el secuestro con fines propagandísticos del agregado militar estadounidense. Intento sin éxito en Azulita (estado Mérida) reclutar cuadros guerrilleros entre los campesinos del lugar.

En 1962 se creó el Frente Guerrillero Manuel Ponte Rodríguez en el oriente del país y asumió la jefatura del mismo con el nombre de Comandante Tomás; la acción guerrillera se mantuvo por parte del Partido Comunista hasta mediados de 1966, el cual decidió pacificarse. Luego vendrían años de disputa ideológica iniciando una fragmentación del movimiento izquierdista venezolano; Maneiro participó entonces activamente como uno de los disidente del PCV, que culminó con la división del partido en 1971, pero a diferencia de la mayoría de los sectores revisionista no se incorporó a la dirección del Movimiento al Socialismo (MAS).

Acotar que Maneiro fue un teórico acechante de la praxis política es recordarlo de manera simplista. Fue en realidad un pragmático vitalista y entusiasta. Más que teorizar parece que disfrutó vivir la política desde la piel y la entraña. Para corroborar esto hay una anécdota que vale pena mencionar. Cuando Alfredo estuvo de vuelta en la vida mundana y silvestre continuaba conspirando. En ese trance consiguió dinero para adquirir armas. Viajó al exterior y realizó los contactos pertinentes.

Durante el viaje conoció a un viejo impresor europeo que estaba rematando una maquinaria de impresión Heidelberg. Sin pensarlo mucho cerro el trato con el impresor. Compró una arma poderosa: una imprenta. Cuando los bisoños camaradas le reclamaban su falta de visión, Alfredo sólo exclamaba: “Ustedes no podrían diferenciar una K-40 de una lavadora automática”

Era un Hombre que se destacaba por su bonhomía, su chispa frecuente, Alfredo siempre andaba con los zapatos sucios y sin amarrar; cuando se le decía sobre esas anormalidades, contestaba que esa era su cédula de identidad y si los lustraba no lo iban a conocer.

Su canción preferida era “Farolito” de Agustín Lara, sobre todo por aquello que decía “Sin llevarle más nada que un beso”

Alfredo decía que había que construir una organización no solamente eficaz, sino además con la suficiente calidad para mantener una militancia satisfactoria en este duro esfuerzo, y que refleje en su seno los cambios futuros. Alfredo vislumbra el futuro cuando nos dijo: “No hay dudas. El pueblo es paciente y confiado. Con razón o sin ella se siente dueño de los mecanismos de repuesta establecidos y confía en la capacidad de utilizarlos adecuadamente. Es empujado hasta el borde del desespero, más no se desespera; conserva la cabeza despejada para estar atento al diseño del porvenir sin caer en provocaciones”.

En 1972 ingresó en la caraqueña Universidad Central de Venezuela (UCV) donde inició estudios de filosofía, obteniendo la licenciatura en 1977; decidido en participar en el movimiento sindical fundó el obrerista La Causa Radical, con este movimiento logró permear el movimiento sindical en las industrias siderúrgicas de la región de Guayana. Su trabajo representó un movimiento de vanguardia que buscó dejar atrás la burocracia, la corrupción y otros vicios de las organizaciones políticas y laborales que existían para esos tiempos.

Junto a su labor en el partido ejerció de catedrista en la Escuela de Comunicación Social de la UCV. En 1982 propuso a su partido el apoyo a la candidatura presidencial de Jorge Olavarría, hecho que no logró concretarse; murió prematuramente de un ataque del corazón en el Hospital Clínico Universitario de Caracas el 24 de octubre de 1982. Había contraído matrimonio con Ana Brumlik con quien tuvo 3 hijos.